Qué es la serigrafía y sus aplicaciones
La serigrafía textil es la técnica de grabación más rentable económicamente a partir de 20 / 30 prendas ya que una vez hecha la pantalla ésta no pierde calidad y podemos imprimir el diseño tantas veces como queramos, desde unas decenas hasta miles de impresiones.
La serigrafía textil la podemos aplicar tanto en camisetas como sudaderas, gorras, bolsas, mochilas, prendas deportivas, ropa laboral, y sobre cualquier prenda de vestir.
En la serigrafía sobre textil podemos utilizar lavadora y secadora, también podemos planchar la prenda sin problemas, siempre y cuando le demos un uso adecuado a la prenda, la serigrafía tiene bastante durabilidad dependiendo del trato recibido.
Aún así siempre es aconsejable seguir las instrucciones del fabricante que aparecen en las etiquetas de las prendas.
Cómo es el proceso de la serigrafía
El proceso de serigrafía en camisetas o cualquier otro tipo de prenda empieza creando el fotolito a partir del diseño original, imprimimos tantos fotolitos como colores tenga el diseño, que posteriormente se trasladan mediante el insolado con luz UV a una malla sobre un bastidor, es decir una pantalla, con emulsión fotosensible, una vez revelada la pantalla y retirada la emulsión sobrante nos queda la imagen a estampar, por último aplicamos la tinta del color deseado a través de la pantalla directamente a la prenda. Para finalizar el proceso la tinta aplicada debemos curarla o secarla a una cierta temperatura y en un tiempo determinado, esto se hace por lo general a través de un horno de secado.
Cada tinta se estampa por separado, así que cada color añadido implica el uso de un fotolito y una pantalla diferente.
Un poco de historia sobre la serigrafía
Las técnicas serigráficas más antiguas provienen de la cultura oriental. Se estima que las primeras impresiones fueron realizadas por los nativos de las islas Fiyi, en el año 3000 a. C., utilizando hojas de plátano agujereadas para la distribución de las tintas. La historia de la serigrafía data de esta época.
La serigrafía es un sistema de impresión milenario. Si bien no hay datos exactos, se cree que se remonta a la antigua China, en la que según una leyenda, se usaban cabellos de mujer entrelazados a los que les pegaba papeles, formando dibujos que luego se laqueaban para que queden impermeables. Posteriormente se cambió el material por la seda, y de ahí proviene su nombre: sericum (seda, en latín) graphe (escribir, en griego).
Los egipcios emplearon la serigrafía para la decoración de murales y el diseño de interiores de templos y pirámides. En la antigüedad se fabricaban unas calcomanías que se aplicaban en los artículos de uso diario, platos, vasos, etc. En Europa se utilizó para imprimir telas.
Las primeras serigrafías sobre papel (carteles publicitarios) aparecen en Estados Unidos sobre 1916 con una nota pendiente de concesión.
Es en Estados Unidos, y con el auge de la fotografía y los productos químicos, donde toma un impulso espectacular; por ser un método muy versátil para poder imprimir en muchos materiales, hoy en día pueden distinguirse miles de artículos procesados con serigrafía.
Ejemplos de trabajos realizados en serigrafía
Serigrafía textil a 3 colores



